Miradas Ucampus: Una nueva realidad de las aulas

Durante este último año y medio, en el mundo de la educación, un cuestionamiento se ha repetido con mucha fuerza: ¿Qué pasará cuando la pandemia termine? ¿Cómo serán las clases? ¿Estamos preparados para un modo híbrido, donde los estudiantes continúen estudiando en sus casas, pero también asistiendo esporádicamente a sus instituciones? ¿Está preparada la educación tradicional para esta nueva realidad?

El #Modovirtual llegó para quedarse, de eso no hay duda. Si bien nació como una alternativa a sistemas formativos que buscaban tener un punto diferenciador en su oferta de valor y extender su alcance a través de plataformas de educación a distancia, desde finales del 2019 esta ha sido “la” opción para dar continuidad a los procesos formativos tradicionales.

 

Querámoslo o no, el #Modovirtual debe hacerse cargo de lo que viven estudiantes y docentes en su día a día, y el desafío que viene no solo será dejar de lado la modalidad online y utilizarla sólo cuando exista una contingencia, sino buscar la forma de sumarla y sacarle el máximo potencial como parte del quehacer estudiantil. Y desde Ucampus, encontrar un camino simple para eso, está en la hoja de ruta.

 

Entender lo que viene y prepararse, deberá hacerse cargo en primer lugar del retorno gradual al campus, y en segunda instancia, la manera definitiva en que se integrará la presencialidad y la virtualidad en los procesos formativos. En un contexto donde los estudiantes han estado por largos meses confinados, incluso donde muchos de ellos ni siquiera conocen sus universidades, ni compañeras y compañeros de cursos, la necesidad de volver a una vida estudiantil “normal” se vuelve crítica y es este el desafío que buscamos concretar de la manera más ágil y natural posible.  

 

Por lo tanto, la necesidad de gestionar, en las instituciones, los aforos en las infraestructuras acorde a sus espacios formativos como salas, laboratorios y espacios de estudios, tienen una alta incidencia en esta ecuación. Será fundamental contar con un catastro mucho más detallado de las espacios disponibles, donde además de las típicas variables como capacidad, ubicación y equipamiento, se deberán reconocer las condiciones sanitarias de ventilación y capacidades tecnológicas con las que cuenten, el que será un insumo necesario para el desarrollo de instancias híbridas donde estudiantes puedan asistir a la misma clase en forma tanto presencial como virtual, cuidando que la experiencia de ambas modalidades sean equivalentes en términos de calidad educativa.

 

Como Ucampus, hemos participado en numerosas reuniones con nuestras instituciones socias para buscar, en forma conjunta y considerando la realidad local, cómo abordar el tema del retorno seguro a sus aulas de clases. Sabemos que será necesario categorizar los cursos que forman parte de las distintas mallas académicas, según la modalidad requerida. Por ejemplo, comprender, por la naturaleza de los contenidos, si las clases requieren ser presenciales, virtuales o híbridas. Y, luego, esta información contrastarla con el registro de inscripciones actualizadas con el que cuenta cada institución de cara a sus períodos académicos.

 

Todo lo anterior requiere, por un lado, intervenir los sistemas de gestión curricular actuales, pero también la creación de nuevas soluciones, tanto de optimización como de gestión, las que permitan procesar la información recogida y entregar soluciones factibles, considerando la realidad y el contexto de cada institución. Hoy, desde el Centro Ucampus, nos encontramos activamente trabajando en las soluciones para hacer frente a estos requerimientos, las cuales serán liberadas para apoyar el inicio del segundo semestre de este año.

 

Si bien la imagen de aulas llenas de estudiantes se ve un tanto lejana, esto no significa que debamos mermar la experiencia estudiantil de aprender y compartir, sino al contrario, debemos rescatar y aprovechar lo mejor del mundo virtual y presencial. El campus es mucho más que solo edificios y salas. Las tecnologías, hoy más que nunca, juegan un rol fundamental para cuidar y mantener el proceso formativo que va más allá de cátedras y evaluaciones. Es por eso que debemos darle sentido y encontrar la forma de integrar el espíritu universitario junto con la diversidad en torno a las vivencias que se comparten y confluyen en el campus.