Columna Ucampus: ¿Calidad de vida v/s calidad profesional?

«Quiero afirmar que la calidad de vida es un pilar básico y fundamental en la formación de futuros/as profesionales y transversal a todos los estamentos universitarios», comenta Fernanda Kri, Prorrectora Universidad de O´Higgins, en esta nueva Columna Ucampus.

Pasar noches sin dormir realizando un trabajo; tener horarios con muchas ventanas; no tener tiempo para almorzar; no conocer las materias de evaluación o los plazos de entrega de las notas; que el mismo día se concentren varias evaluaciones; desconocimiento en las opciones de inscripción de cursos; incertidumbre en la mantención de becas o permanencia en las carreras; son algunos ejemplos que escuchamos con frecuencia en estudiantes de pregrado.

Quizás, más lamentable aún es escuchar a docentes y autoridades universitarias decir que así debe funcionar el sistema para poder formar profesionales de buena calidad. Se ha instalado el discurso que las generaciones actuales no quieren esforzarse y que para lograr la excelencia hay que cumplir con las exigencias académicas.

Como Profesora Titular, y en mi posición de Prorrectora, quiero afirmar que la calidad de vida es un pilar básico y fundamental en la formación de futuros/as profesionales y transversal a todos los estamentos universitarios.

Tener una adecuada higiene de sueño, tiempo para compartir con la familia o amistades, espacios para la práctica de deportes u otros hobbies, en fin, tiempo para vivir y no sólo para trabajar o estudiar: no es flojera o comodidad. La pregunta que surge frente a este tema es: ¿este tiempo es compatible con las exigencias de los estudios universitarios? A diferencia de lo que muchas veces escuchamos, la compatibilidad es evidente. En la medida que cada uno/a de los/as estudiantes tiene una buena calidad de vida, tiene mejores condiciones para lograr los aprendizajes esperados y por lo tanto, formamos mejores profesionales.

El desafío que enfrentamos las universidades en esta materia es diseñar planes de estudios y mecanismos de apoyo a la comunidad estudiantil que aseguren las condiciones para el logro de los aprendizajes y, de esta manera, formar profesionales integrales y de calidad que la sociedad espera y necesita. El Sistema de Créditos Transferible (SCT-Chile) es una herramienta que permite diseñar planes de estudios en los cuales lo que se le solicita a las/os estudiantes es posible de ser realizado en el tiempo que tienen disponible.

Por supuesto que tenemos muchas diversidades, y no existe un solo un patrón para establecer los tiempos de estudio. Algunas/os requerirán dedicar más tiempo para lograr los mismos objetivos, sin embargo, si diseñamos los planes de estudios y las actividades curriculares evaluando su pertinencia y teniendo en consideración el tiempo requerido (máximo, promedio, mínimo) para completar eficazmente cada actividad, nuestros planes serán de mejor calidad y, por ende, las/os profesionales que formemos serán mejores.

Espero, como académica, autoridad universitaria y madre de dos estudiantes, que no sigamos  reproduciendo estas prácticas que presentan como una dicotomía los tiempos para actividades académicas/profesionales y los tiempos para otras actividades. Es prioridad avanzar en este tema.